domingo, 30 de diciembre de 2012

La posesión de Emma Evans (Exorcismus)




Creo que merece justo reconocimiento esta cinta de Manuel Carballo (David Muñoz al guión) en la que se nos muestra algo atípico en lo que a posesiones se refiere. Esto es, que es de las pocas veces que me he encontrado con que el verdadero demonio subyace en la relación de la propia familia. 
Cierto es, para mi gusto, que sobraban ciertas escenas muy manidas ya del género, como el tema de las levitaciones, arqueos de columna y todo ese despliegue de gimnasia deportiva extremista, y que tal vez debió de centrarse más en el aspecto psicológico y las repercusiones familiares que un suceso de tal magnitud lleva consigo, pero tampoco podemos reprocharle nada, pues lo hace bien, algo sutil y pasajero.
Si me gustó esta entre muchas, a cada cual peor, es porque más que un demonio lo que le pasa a Emma parece algún tipo de enfermedad mental, un desdoblamiento de personalidad que le lleva a cometer atrocidades (por otra parte buscadas, como sabrán los que ya la han visto) y a arrepentirse en una vorágine de culpa y deseo que confirma lo que vamos intuyendo hacia la mitad del metraje, más o menos. Una culpa que recae en los padres de la protagonista, que ven cómo, ante algo inexplicable, su futuro y los cimientos de su familia se desmoronan estrepitosamente, y que muy poco pueden hacer para evitarlo.
Tampoco entenderé el gusto actual de meter sacerdotes jóvenes y apuestos para que hagan de paladines del Bien, aunque puede ser que esté más chapado a lo tradicional y siga prefiriendo religiosos de avanzada edad y sobrada experiencia (al menos, en este caso en concreto, me fiaría más de un anciano que de un pipiolo), pero eso ya es cuestión de gustos. 
En definitiva, una cinta que indaga poco a poco en la psique del poseído y la de la gente a su alrededor, y deja de lado (al menos un poco) los clichés típicos de este tipo de películas, apostando (salvo escenas puntuales) por un Dogma 95 al más puro estilo Lars Von Trier (salvando diferencias) para dejar de lado los vómitos, las vueltas de cabeza, las carreras contra natura y toda la parafernalia demoníaca de la que hacen gala estos cachondos entes.

Valoración; 7/10

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