viernes, 29 de marzo de 2013

Un poco de luz


Dicen que la sugestión puede hacernos ver todo tipo de cosas en la oscuridad. Bien, yo he visto esas cosas.

La mano del dragón golpeando a la dulce princesa.
El orco sediento apoltronado en el sofá, rugiendo por comida.
El malicioso duende robando oro del monedero de la reina, pícaro y audaz.
El troll que ríe maliciosamente ante el llanto y las súplicas de la indefensa campesina,
deleitándose con el dolor, vanagloriándose de la superioridad que le confiere el estar de pie, sobre ella, victorioso y satisfecho.

Ahora, en mi pequeña habitación, me encojo ante la feroz mirada del lobo, que se acerca lentamente hacia mi, con la botella en una mano y el cinturón en la otra, riendo a carcajadas mientras pido de corazón que regrese la luz a nuestro apagado hogar. Sólo pido eso; un poco de luz. Un poco de luz.

Sólo soy un niño ahogado por la oscuridad.

martes, 19 de marzo de 2013

Juntos para siempre

Ella, delicada como una rosa, cubierta de seda y viento.
Pétalos de roja esencia discurren junto a sus pechos,
Pequeños y hermosos, otrora cautivos de una cruel realidad.

Líneas de vida que se escapan con el último suspiro; 
Su cabello de noche se esparce tras ella, sobre una radiante cama. 
Como el mármol se ha tornado su piel blanda y colorida,
Fría como el más frío invierno, inerte como el profundo averno.

Con labios entreabiertos dejas escapar tu vida, 
delicada como una rosa, el cuchillo entre sus inertes dedos, 
verdugo de tus desesperados sentimientos.

Yo siempre había estado ahí, mas tus ojos no supieron verme.
Ella, delicada como una rosa, cubierta de seda y muerte, 
de insidiosas cualidades vampirescas, mi razón a mí ya no me obedece.
La ciudad se hace grande a mis pies, el viento sacude mi ropa. 

Poco a poco me acerco a tu persona, abajo, abajo, abajo... 

Pues no hay pasos de dudas ni senderos de esperanza; 
mi destino reside contigo. Allá donde estés, de la mano haremos un nuevo camino.

lunes, 18 de marzo de 2013

Murphy


Se levantó tarde; el despertador se quedó sin pilas.
Al ir al cuarto de baño se encontró sin papel y sin cepillo de dientes. El agua, debido a unos problemas con la luz y temas técnicos de caldera, se negó a calentarse (para ponerme cachonda estoy hoy, hubiera dicho con cierta ironía). Bueno, a otra cosa.
Cogió la bolsa de basura y, debido al peso que había acumulado la noche anterior, se rompieron las asas con un triunfal chasquido y el suelo se alfombró de cáscaras, peladuras, tomate y restos de pasta. Bufó (todavía era pronto para empezar a cagarse en alguien). Al salir a la calle, que de normal estaba desierta, comenzaron a cruzar por delante de él decenas de coches, sin llegar a pararse del todo para dejarle pasar. Cinco minutos de espera en la acera le cabrearon hasta el punto de mandar a todos a la mierda. Al llegar a casa quiso ponerle remedio; se enroscó una cuerda alrededor del cuello y anudó el otro extremo a la lámpara. 
Al pegar el salto cayó de bruces contra el suelo; la cuerda llevaba mucho tiempo podrida...

sábado, 16 de marzo de 2013

Estrella del alba

Ah, estrella del alba,
que retozas entre los árboles tranquilos del Vesanm,
tus ojos reflejan los saltos de agua
y tu cabello resplandece con la miel de los panales.

Caída con la Primera Guerra,
cubierta de flores y perfumes,
tu arco dispuso el orden y trajo el juicio
al mundo corrompido de los hombres.

Descansas ahora en el valle entrelazado de árboles,
junto a sauces, nogales, tejos y enebros,
y más allá de las hojas que caen como lluvia dorada
espera la gran mesa cubierta de exquisitos manjares.

Tus hijos alegremente corretean por los bosques,
guiando a los perdidos con susurros en la noche,
sois llamas que avivan los corazones,
como el buen vino que suelta espuma en la jarra.

Dime, estrella del alba, qué mano inmortal
tejió tu vestido de seda y oro,
que ilumina el mundo al caer la noche
como un amanecer de nueva esperanza.

Los senderos siguen ahí con el paso del tiempo,
la calidez del mundo te envuelve todavía
y en los claros de verde hierba donde el sol caldea las rocas
yaces dormida a la espera de nuevas señales.

Empuñas la rectitud y la justicia con férrea determinación,
y no hay hombre alguno que no conozca tu nombre,
entrelazada de primaveras y azucenas,
aguardas al doliente para sanar sus penas.

Ven pronto, estrella del alba, y cúbreme con tu cabello
de hiladas esperanzas, pues no hay en el mundo ser alguno
que tan decididamente muera por proteger aquello que
ya nos esperaba mucho antes de nacer.

viernes, 15 de marzo de 2013

En los abismos de la mente

En los rincones más intrínsecos del subconsciente, allí donde mora la esencia más primitiva del ser humano, se refugian entre recuerdos diluidos la locura, la maldad y la violencia. Tal es el caso de Lonago, que aún llevando su gato pardo varios meses muerto, continuaba acariciándole por las noches...

jueves, 14 de marzo de 2013

Los ojos del Salvador

En el eterno portal de la desdicha
que no recibe héroes ni reyes,
un corazón que porta negrura
atraviesa la brumosa frontera.

La risotada despierta al Ángel
y el Libro de las Crónica se abre,
el conocimiento ha de ser preservado
en esta inmaculada noche.

Él trata de salir del abismo, de alzarse
y verse liberado del temor y la oscuridad
por eso ruega con toda su fe
esperando a los ojos del Salvador.

Los ojos del Salvador, están en el amanecer
Los ojos del Salvador, vigilan el anochecer

La mente despierta libera el mal de tu interior
no hay pasos atrás ni miradas al pasado,
tan sólo un camino por delante que nunca debes abandonar
sigue la estela que brilla en el cielo.

Rey de Luminosidad, tiende tu mano al pobre
y protege al que sigue la senda del Bien,
cuestiona los motivos que ensombrecen el horizonte
y combate por un mundo mejor y justo.

El Ángel desciende y muestra su ira al pecado
mientras los colmillos del Infierno se muestran al que duda,
Salvador de blanca esperanza,
esta noche esgrime tu espada y tráenos un mañana.

Los ojos del Salvador, están en el amanecer
Los ojos del Salvador, vigilan el anochecer.

Marioneta


De enclenques protuberancias hiladas se sostiene,
mas su mirada libre anda, maliciosa, suspicaz, indomable. 
Alguien de ominosa voluntad decide su destino, 
su vida a tan sólo un corte de tijeras,
mas su mirada libre anda, maliciosa, suspicaz, indomable.

Y esos ojos descarnados, 
cuencas que no son más que agujeros de perdición,
inquietan y perturban, y alejan la mano que mueve los hilos.

Más allá del cuerpo y de las ataduras celestiales, 
el alma reflejada en la mirada es la voluntad más indomable,
y no hay hilos, cuerdas o dedos que logren encauzar la enfermiza obsesión
de la marioneta que únicamente desea amar.

domingo, 10 de marzo de 2013

Álzate, oh rey

Sólo un chico,
con la mente demasiado abierta,
el cielo sobre su cabeza
y un camino por recorrer.

Destino y esperanza,
atado a la realidad,
abre la ventana al nuevo mundo,
rompe las cadenas y gana esta guerra.

No pretendas entender la verdad,
el yugo que esclaviza a los Hombres,
vuela libre y déjate llevar,
viaja al reino de tus sueños.

Álzate, oh rey, de tu trono de pesar,
coge las riendas de tu vida
y entiende que tras la oscuridad
resplandece un nuevo amanecer.

Creo que puedes entender
que las olas rompen con fuerza
cuanto más fuerte es el viento,
déjate llevar y vuela libre.

El camino es tortuoso, lo sé,
y el trueno y la ceniza llegarán,
pero tú, oh rey, portas la espada de la decisión
y el escudo de la verdad.

Te aguarda un preciado tesoro,
que brilla más que el sol,
coge el pesar por el cuello
y hazlo desaparecer de ti.

Álzate, oh rey, de tu trono de pesar,
coge las riendas de tu vida
y entiende que tras la oscuridad
resplandece un nuevo amanecer.

Puede ser que al otro lado del escenario
donde somos nuevos sueños,
quede un reino de luz y esperanza,
álzate, oh rey, y que nada perturbe tu vuelo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Olas de Babilonia


Todavía con los pies en la tierra ardiente,
la mirada perdida en el cielo,
sueñas con romper las cadenas
que impiden realizar tus sueños.

La campana suena en el final de tus días,
olas de Babilonia que rompen en tu cabeza,
huellas que han de ser impresas
en el camino y en las vías.

Desconoces y no comprendes
la elección final que ha de llegar,
pues ahora te pones en marcha,
ahora que todo va a acabar.

Sueños que continúan más allá de la noche,
las estrellas no dejan que te pierdas,
una luz al fondo como faro de Alejandría,
las olas de Babilonia son ángeles que te acogen.

Mamá



Nunca es tarde si la dicha es buena, se suele decir, aunque me temo que, esta vez, no anda muy bien encaminada. Y es que Mamá (Andrés Muschietti) es un claro ejemplo de cómo aprovechar, o alargar, los quince minutos iniciales durante los ochenta y cinco restantes. Sí... Hay sustos, ruidos y un guión no demasiado bien encajado, pues so pena de haber saltos completamente incomprensibles, y recursos Deux ex Machina que, lejos de completar o salvar un guión ya bastante insondable, revelan que hay más cliché de lo que se pretendía (supongo), las lagunas abiertas a mitad del metraje se vuelven casi una parodia. 
He de reconocer que "Mamá" (Javier Botet; Rec, Balada triste de trompeta), y en las raras ocasiones en que no está digitalizada, me produce verdadera inquietud, así como lo hizo su papel de la niña de Medeiros en Rec, y me cuesta adaptarme a su aparición en pantalla. Punto a favor. 
No obstante, lo que empieza siendo como un filme de terror con fantasmas, niños ferinos (o salvajes, y niñas en el caso que nos compete), y algún que otro personaje que, por sus pateadas nocturnas en mitad del bosque, da la sensación de que desconoce por completo el género, termina en una extraña historia de amor con mariposas y llantos incluidos. Ni de serie B.
Me hubiera quedado con un guión sociológico acerca de la reinserción de las niñas criadas en estado salvaje y la repercusión que podría tener un cambio tan radical en su forma de ser y comportamiento. Su aspecto, movimientos y voces me resultaron muy atractivos, escalofriantes; lo mejor de la película. 
Vale, en algún momento salté de la butaca, en otros reí... pero lamento decir que, pese a las ganas que tenía de verla, fueron muchos más los que bostecé. 

Valoración 5/10

martes, 5 de marzo de 2013

The Possession (el origen del mal)


Vale, lo reconozco, esta vez estaba más que predispuesto a que el filme me gustara. Ya sólo con el respaldo  del respetable nombre de Sam Raimi a la producción (Ghost House Pictures), merecía un poco de atención (giraré la cabeza a fiascos, en mi opinión, como su trilogía de Spiderman) por mi parte. Primer paso dado. Luego llegó la sinopsis, y allí me encariñé un poco más; posesiones (valga la redundancia). Aunque es un tema trajinado hasta la saciedad, siempre va bien comparar y ver quién aporta más originalidad o no a un género que últimamente me sabe a poco. Por eso les doy un voto de confianza. Bueno, pues dicho esto, empezaré argumentando los motivos que me han llevado a desear volver a ver el largometraje, a saber, unos sustos que, aunque esperados, son verdaderamente escalofriantes, un ente/ser/demonio que me resultó fascinante, no sólo por la repulsión que me creaba, sino porque consiguió que, aquella misma noche, encendiera las luces para entrar en el cuarto de baño. Muy espeluznante (sobre gustos, colores).
Así mismo, otro punto fuerte, en mi opinión, de la película es que esta vez la temática gira en torno a la religión judía, un punto a favor considerando toda la parafernalia cristiana a la que estamos acostumbrados en esta clase de género. Sorprendente el exorcismo, que lejos de parecer ridículo por sus histriónicos gestos, consigue atrapar al espectador desde el primer momento.
Hay cosas a mejorar, como todo en esta vida, pero prefiero quedarme con el buen sabor de boca que me dejó The Possession y alejarme de tanta pedantería cinefilocrítica que hay suelta por ahí.
Ale.

Valoración 7/10

lunes, 4 de marzo de 2013

Ninguna luz

Al despertar no había ninguna luz.
Sentí temor en un principio, mas la cordura y la razón me empujaron a imaginar lo que tantas veces había sucedido; era de noche. Al poco empecé a temer que mis pensamientos fueran por el camino equivocado, pues ni de noche ni de día era. De hecho, el tiempo parecía haberse alejado sorprendentemente de mi existencia. Al levantar los brazos topé con una sólida estructura, acolchada y suave, pero, como la roca, dura en su esencia. Los laterales también, y el colchón que me viera caer en las alas del sueño horas antes ahora se había tornado frío y rígido. Un olor a humedad, como de tierra mezclada con agua de lluvia, inundó mis fosas nasales. 
Estaba helado, muy helado.
Pocas pruebas más necesité para confirmar las sospechas que empezaban a fluctuar en mi consciencia; estaba enterrado.
Ahora, el verdadero problema era mi mudez.